Apenas entras a la casa te sientes reconfortado, una barra de madera con la pared de piedra en el fondo te invita a sentarte a tomar algo y mientras cocinas puedes mirar el jardín por la ventana. Una chimenea calienta en minutos este ambiente. En la planta alta, el estudio, luminoso y con acceso al balcón. El baño es enorme, con plato de ducha. Llegamos al dormitorio muy amplio con un vestidor con un gran espejo. La casa cuenta con un patio exterior más una parcela inferior, posee una zona ajardinada que la transforma en un oasis. Hay también una gran barbacoa y una leñera. Pero lo mejor de la casa es disfrutar de su porche todo el año. En invierno invita a comer en él y durante el verano los desayunos se hacen eternos, el amplio patio permite colocar una piscina portátil para pasar las tardes y una mesa bajo las palmeras convierten cualquier cena en un momento especial.